sábado, 27 de febrero de 2016

Renoir y sus amigos. Galería



Pierre-Auguste Renoir.
Limoges 25 de febrero de1841-Cagnes-sur-Mer, 3 de diciembre de 1919. 

Retrato de Renoir - a los 26 años-, por Bazille. 1867, Musée Fabre de Montpellier

Para mí, un cuadro debe ser agradable, alegre y bello –sí, bello; ya hay bastante fealdad en el mundo sin necesidad de añadirle más. Renoir

Renoir tenía un carácter alegre. A los veintidós años, su profesor le reprochó que pintaba por diversión. Renoir contestó, que si no le divirtiera, no pintaría. Así pues, su obra será siempre alegre, y reflejará su amor a la vida. Después declaró: Pour moi, un tableau doit être agréable, joyeux et beau – oui, beau ; il y a assez de laideur dans le monde sans devoir en rajouter.

Cuando Frédéric Bazille pintó el desenfadado retrato del gran impresionista, este correspondió, realizando otra obra maestra, retratando a su vez a Bazille.

Pierre-Auguste Renoir. Retrato de Frédéric Bazille. 1867. Musée Fabre. 
Grand Palais, Orsay

Bazille, (1841-1870) compartía su estudio en la rue Visconti de París, con los primeros representantes del Impresionismo: Alfred Sisley (1839-1899), Claude Monet (1840-1926), Renoir, y el gran predecesor, Edouard Manet (1832-1883), siendo él mismo, un destacado ejemplo de esta corriente.

Renoir retrató, pues, a Bazille pintando y, como homenaje a Monet, colocó al fondo del lienzo uno de sus paisajes de carretera en invierno.

A este detalle, Monet respondería realizando, a su vez, el siguiente retrato de Renoir, hoy en el Museo de Orsay, del que Manet, además, fue propietario.

Retrato de Renoir realizado por Monet. 1875 Museo de Orsay, París

Los amigos de Renoir, en definitiva, jugaron un notable papel en su vida y, algunos de ellos, constituyen un imperecedero recuerdo en su obra.

Renoir. Almuerzo de remeros. Le déjeuner des canotiers. Óleo de 1881. 
Colección Phillips, Washington.

En el óleo titulado, Le déjeuner des canotiers-Almuerzo de remeros, de 1881, aparecen algunos amigos de Renoir, conocidos y personajes muy próximos a él. Se encuentran en la terraza del restaurante Maison Fournaise, junto al Sena, en Chatou, Yvelines, en las afueras de París. 

A la izquierda, con un perrito, aparece Aline Charigot, futura esposa de Renoir.

La relación ente Aline Charigot y Renoir empezó en 1883. En 1885 nacía su primer hijo, Pierre. Se casarían en 1890, siendo el periodista Paul Lhôte, uno de los testigos de la ceremonia, el mismo que aparecerá, de forma destacada, en algunas de las pinturas del artista. En 1894 nacía el segundo hijo, Jean. Claude, el tercero y último, nació en 1901.

Durante la guerra, estando ya Renoir enfermo, y padeciendo ella misma diabetes; sus hijos Pierre y Jean, resultaron gravemente heridos. Aline se desplazó a los Vosgos, con grandes dificultades, para poder visitar a Jean. El esfuerzo resultaría superior a su resistencia, falleciendo en Niza, el 27 de junio de 1915.




Tras Aline, de pie y en camiseta, Alphonse, el hijo de los Fournaise, encargado de las barcas a remo de la casa. 

Alphonse Fournaise, el padre, constructor de barcas en Pont à Chatou, compró algunos edificios al pie del viejo puente. La pequeña navegación estaba de moda y él desarrolló su negocio con gran rapidez. Hacia 1860, empezó a lanzar el restaurante y amplió el negocio con la compra de otros edificios próximos.


En 1877, construyó el gran mirador y las terrazas que se abrían sobre el Sena, inmortalizadas por Renoir. La Maison Fournaise se convirtió en el establecimiento preferido de los artistas.

Alfonso padre se encargaba de la organización de las fiestas náuticas, por lo que era conocido como el Grand Amiral de Chatou. Alfonso, el hijo, se encargaba de la venta, el alquiler y el mantenimiento de las barcas.


Alphonsine, hermana de Alphonse Fournaise, escucha al barón Barbier –de espaldas al espectador-.

La Belle Alphonsine, la hija del propietario, viuda desde muy joven, fue amiga y confidente de artistas y tuvo una relación de más de cincuenta años con Maurice Réalier Dumas, pintor de historia, paisajista, orientalista, intimista y, sobre todo, famoso creador de affiches publicitarios.

Réalier Dumas. Procesión de los santos en la nave de la iglesia de Sainte-Catherine de Villeneuve-sur-Lot

Cartel publicitario de Réalier Dumas

Raoul Barbier

Barón Raoul Barbier. Ex oficial de caballería, héroe de guerra y ex alcalde de Saigón. Fue un conocido jugador de bolos, navegante, y amante de los caballos de carreras. Tenía gran éxito entre las damas.


A la derecha de Alphonsine, bebiendo, aparece Ellen Andrée, actriz, que también fue modelo para Degas, Édouard Manet y Henri Gervex. Actuaba en el Folies-Bergère.

Al fondo, Jules Laforgue, tocado con gorra, charla con Charles Ephrussi, con chistera,

Jules Laforgue, que aparece fumando en pipa, fue un gran poeta simbolista que ejerció notable influencia sobre Yeats, Pound y T.S. Eliot. Era periodista de La Vie Moderne, y secretario de Charles Ephrussi.

Charles Ephrussi

Charles Ephrussi, de origen ruso, era coleccionista de arte y escritor. Dirigía la Gazette des Beaux-Arts a través de la cual defendió el arte de los impresionistas.

Al fondo a la derecha, dos amigos del pintor, Lestringuez y L’Hôte, conversan con la actriz Jeanne Samary.

Pierre Lestringuèz

Pierre Lestringuez, que observa atentamente a Jeanne Samary. Era funcionario del Ministerio del Interior y gran aficionado a las ciencias ocultas. Íntimo amigo Paul L’Hôte.
Paul L’Hôte

Se inclina hacia Jeanne Samary. Viajero aventurero, periodista y escritor de relatos breves de ficción. Muy amigo de Renoir.

Jeanne Samary

Actriz de la Comédie-Française.

En primer plano a la derecha, el periodista Antonio Maggiolo charla con la actriz Angèle Legault y con Gustave Caillebotte; todos buenos amigos del pintor.

A. Maggiolo
Periodista italiano.

Angèle Lagault

Vendedora de flores en el mercado, al aire libre. Modelo y cantante.

Gustave Caillebotte

Pintor y coleccionista de pinturas impresionistas, poseedor de una fortuna notable. Era navegante, y deportista, corredor. Gran amigo de Renoir.

Detalle de la mesa

Detalle de la mesa
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Su amigo Bazille

Frédéric Bazille, Autorretrato. 1866. Art Institute of Chicago

Jean Frédéric Bazille nació en Montpellier. Se aficionó a la pintura cuando conoció la obra de Eugène Delacroix. Su familia, de la burguesía acomodada, le permitió estudiar Bellas Artes, pero sólo, si al mismo tiempo estudiaba Medicina, carrera que empezó en 1859 y que continuó en París.

Y fue en París, naturalmente, donde conoció a Auguste Renoir, cuya forma de pintar le impresionó mucho más que Delacroix, lo que le decidió inmediatamente a tomar la nueva vía del Impresionismo. Su apasionada entrega al arte, absorbió todo su interés y, en 1864 abandonó definitivamente los estudios de Medicina para dedicarse a la pintura exclusivamente.

A partir de entonces creció y se afirmó su amistad con Monet, Alfred Sisley y Manet, a quienes no dudó en prestar apoyo, gracias a su desahogada situación familiar, que le permitía disponer de un estudio y adquirir los materiales necesarios, también para ellos.

Estudio de Bazille; 9 Rue de la Condamine, 1870. Musée d'Orsay, Paris.

Pierre Auguste Renoir sentado, y Emile Zola en la escalera

Edouard Manet and Claude Monet observan el trabajo de Bazille


Entre las obras más celebradas de Bazille, destacan, El vestido rosa, realizado a los veintitrés años y el Retrato de Familia, pero su obra ofrece temas muy variados.

Bazille. La robe rose. 1864. Orsay

Bazille, Retrato de una familia (1867-1868). Orsay

Bois de Fontainebleau, 1865

Puerta de la Reina, en Aigües Mortes. 1867

El perro Rita dormido. 1864

Al estallar la guerra Franco-Prusiana, Bazille se alistó en un regimiento zuavo. Murió en combate en 1870, cuando tenía 29 años.

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Su amigo Fantin–Latour
Henri Fantin-Latour

Muy buen amigo de Manet, al que hizo un famoso retrato. Trabajó en el taller de Courbet, pero no militó en las filas del Impresionismo.

Édouard Manet, de Henri Fantin-Latour (1836-1904). 
Art Institute of Chicago, Chigago, Illinois, USA

Fantin-Latour hizo muchos retratos femeninos y de grupo, así como temas de ambiente musical –un gran número de alegorías referidas a Richard Wagner-. Se especializó en bodegones de flores, que le proporcionaron notables ingresos, pero que le impidieron dedicar su tiempo a otras facetas creativas.

Por último, pintó un retrato de grupo, en el que aparecen los artistas ya citados y algunos más. 

Henri Fantin-Latour – Estudio en Les Batignolles. 1870. Orsay

Los pintores de la nueva generación admiraban profundamente a Manet, que acababa de triunfar con su celebérrino Dèjeuner sur l’herbe - Desayuno en la hierba, en 1863. 

Se reunían con él en el famoso Café Guerbois, lugar de encuentro de la vanguardia artística del momento. Allí acudía también Fantin-Latour, quien realizó una de las obras más representativas de aquel momento: el Estudio en Batignolles.

La escena viene a ser un homenaje a Manet, que aparece en el centro de la composición, con sus pinceles y paleta, retratando a Zacharie Astruc, a cuya espalda, charlan, Bazille –siempre el de más estatura-, y Monet.

A la derecha de Bazille, el músico Edmond Maître y el escritor Émile Zola –quien también aparecía en el estudio de Bazille-. 

Pierre-Auguste Renoir y Otto Schölderer completan la galería de personajes que observan al artista. 

Todos ellos son la viva imagen de la burguesía parisina de fin de siglo, vestidos de traje oscuro.

Lo más atractivo del conjunto son los rostros de tan conocidos personajes, cuyos gestos aparecen captados con enorme perfección.

Arriba:

Otto Schölderer, Pierre-Auguste Renoir, Émile Zola...


... Edmond Maître, Frédéric Bazille y Claude Monet.


Sentados: 
Édouard Manet y Zacharie Astruc



Henri Fantin-Latour, Autorretrato, 1859. Museo de Grenoble 

Nacido en Grenoble, el 14 de enero de 1836, Henri Fantin-Latour falleció en Biré el 25 de agosto de 1836. 

Manet en su estudio, de H.Fantin–Latour. The Phillips Collection Washington, D.C.

Coquelicots blancs. H.Fantin–Latour. Art Gallery of South Australia

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Renoir jamás abandonó los pinceles, a pesar de que en sus últimos años debían atárselos a la mano, a causa de la severísima artrosis que invadió sus articulaciones.

La ventaja de envejecer –decía Renoir-, es que te das cuenta de los errores más rápidamente.


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