lunes, 10 de septiembre de 2012

EL MONOGRAMA. Odiseas Elytis - ΤΟ ΜΟΝΟΓΡΑΜΜΑ. Οδυσσέας Ελύτης




               ΤΟ ΜΟΝΟΓΡΑΜΜΑ. Οδυσσέας Ελύτης
               Θα πενθώ πάντα -μ' ακούς;- για σένα,
               μόνος, στον Παράδεισο


                        EL MONOGRAMA.  Odiseas Elytis
                       Llevaré luto siempre – ¿me oyes? – por ti,
                       sólo, en el Paraíso


I Θα γυρίσει αλλού τις χαρακιές
Volverá hacia otro lado las líneas
de la mano el Destino, como el que tiene las llaves,
sólo un instante permitirá el Tiempo.
¿Cómo si no, cuando la gente se ama?
Mostrará el cielo nuestras entrañas
y golpeará al mundo la inocencia
con la inclemencia de la negra muerte

II Πενθώ τον ήλιο και πενθώ τα χρόνια που έρχονται
De luto por el sol y de luto por los años que vendrán
sin nosotros, canto a los otros que pasaron
si son verdad
los cuerpos armónicos y las barcas que crujían suavemente
las guitarras que surgían y se apagaban bajo las aguas
los créeme y los no
una vez en el aire y otra en la música.
Dos animalitos, nuestras manos
que buscaban ascender, escondidas la una en la otra
la maceta con rocío en las puertas abiertas del patio
los fragmentos y mares que venían juntos
sobre los muros detrás de los cercados
la anémona que se quedó en tu mano
Vibraste tres veces violeta tres días
sobre las cataratas
Si esto es verdad, canto
la viga de madera y la tela cuadrada
en la pared, la sirena de pelo suelto
la gata que nos miró en la oscuridad
el niño con el incienso y la purpurea cruz
a la hora en que anochece en lo inaccesible de las rocas.

De luto por la ropa que toqué y que me trajo el mundo

III Έτσι μιλώ για σένα και για μένα
Así hablo para ti y para mí
porque te amo y al amor sé
entrar como la Luna llena
por todas partes, por tu pequeño pie entre las grandes sábanas
deshojar jazmines –tengo la fuerza,
adormecida, puedo soplar y llevarte
por puertos luminosos y por secretas galerías del mar
árboles hipnotizados con arañas plateadas.
Te han oído las olas
cómo acaricias, cómo besas,
cómo dices susurrando un qué o un eh bordeando el cuello, en la bahía,
siempre nosotros la luz y la sombra.
Siempre tú la pequeña estrella y siempre yo la nave en la oscuridad
Tu siempre el puerto y yo el faro a la derecha
el muelle mojado y el fulgor en los remos.
Arriba, en la casa con las parras
las rosas trepadoras, el agua refrescante,
siempre tú la estatua de piedra y yo siempre la sombra que crece,
tú el postigo entornado, yo el aire que lo abre.
Porque te amo, te amo
siempre tú la moneda y yo la adoración por recuperarla:
Tanta noche, tanto murmullo en el viento.
Tanta gota en el aire, tantos silencios
en torno el tiránico mar.
Arco del cielo con estrellas
tan ligera tu respiración.
Porque no tengo nada másentre las cuatro paredes, el techo y el suelo,
sino gritar por ti y que mi voz me golpee,
sentir tu aroma y que se enfurezca la gente
porque lo desconocido y lo que viene de otra parte
no lo soporta la gente, y es muy temprano, me oyes,


Es muy pronto todavía en este mundo, mi amor



Para que yo hable de ti y de mí

IV Είναι νωρίς ακόμη μες στον κόσμο αυτόν, μ' ακούς
Es pronto todavía en este mundo, me oyes,
aún no se han amansado los monstruos, me oyes.
Mi sangre perdida y el afilado, me oyes,
cuchillo
Como un carnero que corre por los cielos

y rompe las ramas de los astros, me oyes.
Soy yo, me oyes
Te amo, me oyes
Te abrazo y te llevo y te pongo
el blanco vestido de novia de Ofelia, me oyes.
Dónde me dejas, a dónde vas y quién, me oyes
toma tu mano en los diluvios
las inmensas lianas y las volcánicas lavas
Llegará un día, me oyes
en que nos entierren y miles de años después
nos transformarán en rocas brillantes, me oyes
para que se refleje en ellas la crueldad, me oyes
de los hombres
y en mil pedazos nos lanzarán
a las aguas, uno a uno, me oyes
Mis amargas piedras cuento, me oyes
Y es el tiempo una gran iglesia, me oyes
donde a veces, las imágenesde los santos
lloran lágrimas verdaderas, me oyes.
Las campanas abren en las alturas, me oyes
un profundo sendero para que yo pase
Esperan los ángeles con velas y salmos fúnebres.
No voy a ninguna parte, me oyes
o ninguno, o los dos juntos, me oyes
Esta flor de la tormenta y, me oyes
del amor,
de una vez por todas la cortamos
y que no vuelva a florecer, me oyes
en otra tierra, o en otra estrella, me oyes
No existe la tierra no existe el aire
que tocamos, el mismo, me oyes
Y ningún jardinero tuvo la alegría en ningún tiempo
después de tanto invierno y de tanto viento del norte, me oyes
de ver abrirse una flor, sólo nosotros, me oyes
en medio del mar
sólo por deseo del amor, me oyes

hicimos emerger una isla entera, me oyes
con grutas y cabos y acantilados florecidos
Escucha, escucha
Quien habla en el agua y quien llora – ¿oyes?
Quien busca al otro, quien grita – ¿oyes?
Soy yo quien grita y yo quien llora, me oyes
Te amo, te amo, me oyes

V. Για σένα έχω μιλήσει σε καιρούς παλιούς
Para ti hablé en tiempos pasados
con sabias nodrizas y rebeldes guerrilleros
de por qué tienes la tristeza de las fieras
el brillo trémulo del agua en la cara
y de por qué, dicen, iré siempre a tu lado
que no quiero amor sino viento
y el galope del mar encrespado y abierto.
Y sobre ti nadie ha oído
sobre ti, ni el díctamo ni la seta,en las alturas de Creta, nada
sobre ti solamente aceptó Dios conducir mi mano
un poco aquí y un poco allá, cuidadosamente a tu alrededor
la luz del rostro, los huecos, el cabello
ondeando en la colina hacia la izquierda.
Tu cuerpo como el pino solitario
Ojos de orgullo y de diáfana
profundidad, en la casa con el antiguo mueble,
de amarillos encajes y madera de ciprés
Sólo espero que aparezcas por primera vez
en la parte alta de la casa o detrás en las baldosas del patio
con el caballo del Santo y el huevo de Pascua.
Como una pintura mural borrosa
grande, como te quiso esta pequeña vida
llevando en tu candil la luz deslumbrante de un volcán
Que nadie haya visto ni oído
nada en las desiertas casas destruidas

ni el ascendiente enterrado tan cerca del muro,
nada de ti, ni la anciana con todos sus hierbas.
Para ti sólo yo, quizás también la música
que sale de mi interior pero que vuelve más fuerte
Para ti el pecho sin forma de los doce años
el que ha vuelto al futuro con el cráter rojo
Para ti como un broche, el amargo aroma
que aparece dentro del cuerpo y que atraviesa el recuerdo
Y así el campo, así las palomas, así nuestra antigua tierra.

VI  Έχω δει πολλά και η γη μέσ' απ' το νου μου φαίνεται ωραιότερη

He visto mucho y la tierra en mi mente parece más hermosa
más bella dentro de la bruma dorada,
que la aguda piedra, más bello
el azul de los estrechos y las crestas de las olas
Más bellos los rayos por los que caminas sin pisar
Invencible como la diosa de Samotracia sobre las montañas
         del mar


Así te he mirado y me basta
que todo el tiempo sea inocente
por la huella que dejan tus pasos
como un inexperto delfín sigue mi alma
y juega con el blanco y el azul!
Victoria, victoria donde fui vencido
antes del amor y junto a él
con el hibisco y la flor de pasión
Vete, vete aunque yo me haya perdido

sólo y aunque sea el sol que sostienes un niño recién nacido
Que sea yo sólo la patria de luto
Que la palabra que envío te sostenga como una hoja de laurel
Sólo el viento fuerte y sólo la redondeada
piedra en el parpadeo de la sombría profundidad
¡El pescador que levantó y dejó caer en el tiempo
        al Paraíso!

VII  Στον Παράδεισο έχω σημαδέψει ένα νησί
En el Paraíso he marcado una isla
Igual que tú y una casa en el mar
Con una gran cama y una pequeña puerta
He lanzado a la profundidad un eco
para mirarme cada mañana cuando despierte
Para verte a medias pasar sobre el agua
Y llorarte a medias en el Paraíso.
Llevaré luto siempre – ¿me oyes? – por ti,
sólo, en el Paraíso


Odiseas Elytis escribió El Monograma durante una estancia en París entre 1969 y 1971, año en que fue publicado en Bruselas como manuscrito. En Grecia apareció en 1972. Figura entre los más bellos poemas de amor escritos en Europa en el siglo XX. En 1993 Mikis Theodorakis -Μίκης Θεοδωράκης- compuso el Adagio que sirvió de fondo a una lectura realizada por el propio músico y la poetisa Ioulita Iliopoulou -Ιουλίτα Ηλιοπούλου-, viuda de Elytis, cuya grabación se llevó a cabo en octubre de 1998.


Odysséas Elytis -Οδυσσέας Ελύτης-, en realidad, Odysséas Alepudelis – fue el sexto y último hijo de Panayiotis Alepudelis; Αλεπουδέλλης y María Vranas, ambos procedentes de la isla de Mitilene-, que se establecieron en El Pireo, Atenas, en 1914, y que solían pasar los veranos en Creta y otras islas del Egeo. Elytis nació en Hiraklion (Creta) en noviembre de 1911; el día dos, cuando la Iglesia Ortodoxa recuerda a Ελπιδοφόρου, Elpidóforo; Portador de Esperanza.

Recuerdo que, de pequeño, la poesía no me decía nada y de la literatura neohelénica no guardé sino la vaga impresión de una charla aburrida con un ritmo repetitivo.

En 1928, durante una enfermedad que le hizo pasar dos meses en la cama, descubrió al poeta Konstantino Kavafis -Κωνσταντίνος Καβάφης-, por el cual sintió una profunda curiosidad, que más tarde se transformó en un profundo interés y, más aún, en una profunda admiración.

En noviembre de 1935 aparecían sus primeros poemas en la revista Νέα Γράμματα, bajo el seudónimo de Odiseas Vranas; Nuevas Letras se convirtió en el medio de expresión de los poetas que posteriormente se encuadrarían en la llamada Generación de 1930. El año siguiente conoció a Nikos Gatsos -Νίκος Γκάτσος- un experto en poesía francesa; con el que entabló una gran amistad; juntos fundaron el primer café literario de Atenas.

En agosto de 1936, se instauró la dictadura del general Metaxas, durante la cual, muchos poetas e intelectuales abandonaron Grecia. Por su parte, Elytis ingresó en la Escuela de Oficiales de Corfú. Cuando al amanecer el día 28 de octubre de 1940, las tropas de Mussolini invadieron Grecia a través de la frontera de Albania, Elytis se unió al ejército griego con el grado de subteniente. En diciembre entró en combate y recibió una herida de metralla en la espalda, por lo que tuvo que ser evacuado al hospital de Ioannina en febrero de 1941, en estado muy grave.

A falta de antibióticos en aquella época, la única posibilidad de superar el tifus se reducía a la resistencia del organismo. Inmovilizado, rodeado de hielo y con unas pocas cucharadas de leche o zumo de naranja por todo alimento, durante días interminables de fiebre que no bajaba de 40 grados.


Mientras el poeta convalecía, en abril de 1941, Grecia, fue ocupada por Alemania, Italia y Bulgaria; con la guerra apareció el hambre y se sucedieron ejecuciones y deportaciones que produjeron un notable descenso en la población. Elytis y otros escritores, se propusieron recuperar los antiguos valores helénicos en un pueblo profundamente desmoralizado; para ello, en 1942 fundaron el Círculo Palamás. Una conferencia de Elytis sobre La verdadera figura de Andreas Kalvos y su audacia lírica, -Η αληθινή φυσιογνωμία και η λυρική τόλμη του Α. Κάλβου-, provocó una afluencia masiva de estudiantes en busca de aquellos valores anulados por la ocupación.

Resurgió así la poesía de Kostís Palamás -Κωστής Παλαμάς-, quien fallecía a finales de febrero de 1943 y cuyo entierro se convirtió espontáneamente en un importante acto de revalorización del helenismo. Elytis estaba presente, cuando Ángelos Sikelianós recitó en el cementerio de Atenas el poema en el que declaraba: En esta tumba enterramos a Grecia, tras el cual miles de asistentes entonaron el himno nacional ante los perplejos e inmóviles soldados de los ejércitos ocupantes.

Para entonces, Elytis ya escribía poesía con cierta continuidad:

Sol primero (1943) -Ήλιος ο Πρώτος-.


      Ya no conozco la noche, temible anonimato de la muerte.
      En el fondo de mi alma ha anclado una flota de estrellas.
      Véspero, centinela, brilla junto a la celeste
      brisa de una isla que me sueña,
      para que yo anuncie el amanecer desde la altura de las rocas.
      Mis ojos en abrazo te navegan, con el astro
      de mi verdadero corazón: no conozco ya la noche.


Variaciones sobre un rayo (1943) -Παραλλαγές πάνω σε μιαν αχτίδα-.

En 1944 publica el Canto heroico y fúnebre por un subteniente caído en Albania. -Άσμα ηρωικό και πένθιμο για τον χαμένο ανθυπολοχαγό της Αλβανίας-, un extenso poema basado en su experiencia, en el frente, que alcanzó un extraordinario eco en aquella sociedad deprimida.

     Ahora yace..,
     con un viento detenido en sus cabellos tranquilos,
     con un fragmento de olvido en su oreja izquierda.
     Parece un jardín del que de pronto huyeron los pájaros,
     parece una canción a la que amordazaron las sombras,
     parece el reloj parado de un ángel.


En el famoso café Loumidis de Atenas, Elytis conoció al compositor Manos Hadsidakis - Μάνος Χατζιδάκις-; un encuentro que con el tiempo daría paso a una fructífera colaboración entre poesía y música que produjo resultados espectaculares durante muchos años.

Elytis publicó en Nuevas Letras un ensayo sobre el surrealismo, titulado: Arte, Suerte, Audacia, tres palabras que se convirtieron en un lema para la juventud helénica. Poco después, con los cambios políticos de 1944, terminaba una época, también para la poesía griega, tal como había sucedido ya en otros países europeos y en América, donde surgieron poetas como Saint-John Perse, Dylan Thomas u Octavio Paz.

En 1946 estallaba la Guerra Civil, que durante tres años completó la tarea de la ocupación llevando a Grecia a la miseria y la ruina más angustiosa. Elytis abandonó el país en 1948 para instalarse, primero en Suiza y después en París, donde, en principio, frecuentó el histórico café Aux deux Magots y asistió a cursos en la Sorbonne, además de conocer a los grandes poetas del momento, como Tristán Tzará, André Bretón o Paul Eluard, de los que, sin embargo, se desencantó, al constatar que la poesía francesa había abandonado la búsqueda existencial y aparecía como dormida en los laureles. Elytis dejóla vida social y se encerró en la lectura de PlatónAtravesé una crisis cuyos primeros síntomas habían aparecido cuatro años antes, hacia el final de la ocupación, cuando el Griego empezaba a despertarse en mi.

Efectivamente, Elytis comprendió que en la lengua griega subyacían unos valores y unos sentimientos determinados que sobrevivían desde la antigüedad clásica y que era preciso reanimar después de aquellos dramáticos períodos de dictadura, ocupación y guerra; una característica que nada tenía que ver con la poesía francesa del momento en general, aunque fue muy bien comprendida por algunos autores franceses, especialmente, Albert Camus, quien hizo de Grecia su patria espiritual.

En 1949, siguiendo su gran afición por el arte, Elytis intimaba con pintores como Picasso, Matisse, Giacometti o Chagall, con los que convivió en ocasiones, si bien, fue Picasso quien le impresionó más profundamente.

Durante 1950 y 51 el poeta vivió en Inglaterra, interrumpiendo brevemente su estancia con un viaje a Italia. Tomaba muchas notas y escribía ensayos en prosa, pero apenas pensaba en la poesía, que abandonó temporalmente hasta su reencuentro con Picasso, con quien Elytis pasó una temporada veraniega que le ayudó a redescubrir la alegría de vivir entre el mar, el sol, la sencillez de la vida familiar, el amor y el arte, muy lejos de las complejidades filosóficas en boga en aquel momento. En el modo de entender la vida del pintor, Elytis encontró el medio para salir del impasse en el que permanecía desde su estancia en París.

En el otoño de 1951 volvió a Grecia y se instaló en Atenas, dedicando la mayor parte del tiempo a traducir obras de teatro, dando así a conocer autores como Bertold Brecht o Jean Giraudoux. De vuelta a la poesía, escribió Seis y un remordimiento por el cielo -Έξι και Μία Τύψεις για τον Ουρανό- que completó definitivamente siete años después, el mismo tiempo que empleó en la composición de Άξιον Εστί, en latín Dignum est. Publicada en 1960, tal vez constituye la obra maestra del poeta y significó asimismo, su consagración internacional. A partir de Άξιον Εστί, la poesía de Elytis se tradujo a numerosos idiomas y el autor empezó a recibir invitaciones de todo el mundo: Estados Unidos, Unión Soviética, Italia, Egipto, etc.

        Me dieron la lengua helénica,
         la humilde casa en las playas de Homero.
         Mi lengua, mi única preocupación en las playas de Homero.


En 1964, el compositor Mikis Theodorakis estrenó un gran oratorio compuesto sobre los textos de Άξιον Εστί que obtuvo un éxito arrollador. Desde su estreno, los poemas de Elytis, en ocasiones, relativamente complejos, pasaron al dominio público a través de la magia de la música.

En abril de 1967, una Junta Militar, tomaba el poder en Grecia, Elytis se fue a París, aunque volvía cada verano a alguna isla del Egeo. En 1970 pasó cuatro meses en Chipre, donde tuvo la oportunidad de conocer al Arzobispo Makarios. En el verano de 1971 volvió finalmente a Grecia para quedarse y, a partir de entonces, su creación poética alcanzó su mejor momento, precisamente, con El Monograma, en 1971, al que siguieron:

Muerte y resurrección de Constantino Paleólogo, -Θάνατος και Ανάστασις του Κωνσταντίνου Παλαιολόγου-, un poema que se refiere, de forma muy emotiva la muerte del último defensor de la Constantinopla cristiana.

El arbol de la luz y la décimocuarta belleza, -Το Φωτόδεντρο και η Δέκατη Τέταρτη Ομορφιά-.

La R de Amor, -Τα Ρω του Έρωτα-.


Sol reinante -Ο Ήλιος ο Ηλιάτορας-.

María Nefeli, -Μαρία Νεφέλη-.


El 18 de octubre de 1979, Elytis fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura: Por su poesía, que sobre el fondo de la tradición griega, describe con una fuerza sensual y una claridad intelectual, el combate del hombre moderno por la libertad y la creatividad. Elytis agradeció la distinción con un discurso en francés en el que comparaba su trayectoria poética con el viaje de Ulises, cuyo nombre me ha sido dado llevar.


Después fue recibido por el entonces Presidente de la República Constantinos Karamanlis y el Parlamento Griego convocó una sesión extraordinaria en su homenaje. Fue nombrado Honoris Causa por las Universidades de París y Londres; invitado a un viaje a España, en 1980 por el Presidente Adolfo Suárez, fue recibido en la Real Academia; homenajeado en la Universidad de Roma, etc.

Tres poemas con bandera de conveniencia, -Τρία ποιήματα με σημαία ευκαιρίας-.

Diario de un invisible abril, -Ημερολόγιο ενός αθέατου Απριλίου-.


El pequeño marinero, -Ο μικρός ναυτίλος-.



Desde 1983, la poetisa Ioulita Iliopoúlou, Ιουλίτα Ηλιοπούλου se convirtió en su compañera inseparable, pero los años siguientes, Elytis se vió obligado a reducir drásticamente sus actividades públicas a causa de una salud cada vez más preocupante que le llevó a ser hospitalizado en varias ocasiones, aunque no abandonó la creación poética.

En 1993, por primera vez, decidió apoyar públicamente al nuevo partido Primavera Política -una escisión de Nueva Democracia-, liderado por Antonis Samarás -Αντώνης Σαμαράς, Primer Ministro de la República Griega desde el veinte de junio de 2012.

Las elegías de Oxópetra, -Τα ελεγεία της Οξώπετρας-.

Al Oeste de la tristeza, - Δυτικά της λύπης-, y


El jardín de las ilusiones, -Ο κήπος με τις αυταπάτες
-, publicados en 1995, reflejaban ya un estado de ánimo teñido por la melancolía de la última etapa de su vida, que culminó el 18 de marzo de 1996.


Elytis había expresado un sólo deseo: que su partida fuera rodeada de un profundo silencio cristiano.



2 comentarios:

  1. Su poesía siempre te sobrecoge y te llena de tantos sentimientos profundos que no me es posible emitir comentarios. Eres eterno, Odiseas Elitis.
    Danae Brugiati Boussounis.

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  2. Muchas gracias, Danae Brugiati Boussounis. No hacen falta las palabras. Comparto tu emoción y tu deseo de eternidad para la poesía de Elytis. Lo merece. Gracias otra vez y, hasta siempre.

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